En Japón cuentan con una
palabra para referirse a un corte de pelo nada favorecedor, a un paseo en busca
de inspiración, a algo que oímos por primera vez y a la intimidad que propicia
resguardarse bajo un paraguas cuando llueve. Este poemario está inspirado en
el significado de palabras japonesas y, a la manera oriental, cuenta
pequeñas historias de las que se puede extraer alguna enseñanza. Se trata,
por tanto, de un libro caracterizado por su variedad temática, escrito
con un lenguaje claro, y que ofrece la poesía como un discurso que puede
ser al mismo tiempo divertido y profundo.
El artista búlgaro Christo estaba
obsesionado con la idea de envolver monumentos y paisajes con tela (así
lo hizo, por ejemplo, con el Pont Neuf de París y el Reichstag de Berlín). Su actuación
artística consistía en tapar monumentos para experimentar cómo sería la ciudad
sin ellos y luego desenvolverlos, para propiciar el efecto sorpresa, como
cuando se desenvuelve un regalo, para animar a mirarlos de otra manera, frente
a la rutina que impone la cotidianidad. Algo así hace el poeta. Envuelve
en papel de regalo situaciones o circunstancias de la vida para que el
lector las desenvuelva y surja el asombro y la emoción ante su mirada. La
poesía nos ayuda a sorprendernos o a abrir más los ojos ante la vida.