Del prólogo de Javier Arredondo:
Todo lo que quema no es solo un libro de poesía, es un trozo de ti
que nadie ha visto hasta ahora pero que, como si de una ilusión óptica se
tratara, una vez se ve no puede ser ignorado nunca más. Quema leerte y quema
escucharte, pero quema como lo hace una estufa cuando te sientas cerca, con ese
calor reconfortante de estar en casa, a salvo de todo. Quema...
porque te has arrancado las ramas y las has echado al
fuego para que todos veamos cómo ardes, cómo sufres y cómo eres.