Del prólogo (Beatriz Villacañas).
Unión de pensamiento
y emoción en lucidez. En este poemario de Luis Adolfo Izquierdo habita una
reflexión sobre el ser y, naturalmente, sobre el propio ser del autor. La reflexión
está unida a una visión emocional en la que confluyen, pues son parte de la
vida humana, dolor, inquietud, lamento, percepción de la muerte. Todo ello de
por sí tiene total lógica y se expresa con belleza. No obstante, y esto otorga
un contenido aún más profundo a este poemario, todo esto ya mencionado viene
unido a lo positivo: el amor, la fe, la esperanza, todo ello hermanado con la
luz, luminosidad… …El amor, esencia de la vida, pleno de poder emocional
y poético aparece en este libro. En este poemario se encuentran, como se
encuentran en la vida, los elementos que causan dolor, miedo y más sufrimiento
como la duda, la visión de la muerte, la violencia, el daño y, como ya se ha
dicho, sus opuestos: el amor, la fortaleza, el bien, la fe, la esperanza, el
reconocimiento y gozo de lo bueno. Altura poética en este libro que muestra la
realidad de la vida humana con emoción y reflexión.