Homenaje a nuestros muertos, a aquellas personas que desaparecieron de una forma repentina dejando en nuestras vidas un vacío insustituible.
También es un tributo a todos cuantos les sobrevivieron, rescatándonos de la más fría intemperie, aceptando y comprendiendo nuestro dolor, y guiándonos después hacia un consuelo que sólo ha ido llegando con el paso del tiempo.
Los pasajes de la memoria se van revelando como sagrados, pues contienen, todavía, las raíces más profundas de nosotros mismos.
[Lecciones de orfandad] pertenece a la larga y fructífera tradición de la poesía elegíaca española que ha dado numerosos nombres que no en vano han servido de estímulo, guía y referente para la composición de esta obra.