Del prólogo de José Antonio Marina:
Este es un libro esencial. Mejor
dicho, quintaesencial. Según el diccionario, quintaesencia es el extracto más depurado o concentrado de algo. En este caso, de la
experiencia formadora del autor. Son 60 máximas que condensan todo el proceso
de preparación, realización y evaluación del proceso formativo. Creo que puede
resultar de gran utilidad para docentes, formadores, orientadores, y
comunicadores en general. Es un compendio de pedagogía y de retórica, de
técnicas para exponer, para hacer comprender, para interesar y para emocionar. El
talento de Pedro Salvador ha consistido en seleccionar aspectos fundamentales de
estas actividades, y darles una forma sencilla y clara…
…Cada una de estas píldoras de experiencia lleva en sí principios
activos que harán su acción una vez asimiladas. Por eso, recomendaría a los
lectores que se dedican a tareas formativas que se las aprendieran de memoria y
que convirtieran esos aforismos en hábitos. Tenemos que madurar nuestras
competencias, como maduran las uvas en las parras. La cultura actual nos
presiona a todos los educadores para que nos sumemos al vértigo de la
innovación permanente. En uno de sus aforismos, Pedro Salvador nos recomienda
“No innovar”, sino aprovechar la experiencia de otros o de uno mismo. Me parece
una sabia afirmación, que nos evitaría experimentos inútiles.
Escribo este
prólogo para recomendarles que lean y asimilen este brillante texto. Estoy
seguro de que me lo agradecerán.