Pr. de Nicolás Miñambres
Y no de otra manera: así debe ser el arte. La literatura tiene que tener la feliz condición de lo inefable. Los misterios de la evidencia en los arcanos del vivir diario. De ese delicado sustrato debe germinar la polisemia de lo breve. Como se observa con emoción en los relatos de Atilano Sevillano, agazapados casi en las páginas "De los derroteros de la palabra". En ellos tiene un valor especial la metonimia, aderezada con el guiño de la sinestesia. A veces… los relatos brotan teñidos con la sorpresa, tantas veces metaliteraria y prosopopéyica. Verbigracia: “En ocasiones, algunos poemarios le sonreían y no le quedaba más remedio que adquirirlos”.